Su honestidad, responsabilidad y lealtad, le han hecho ganar el respeto de quien lo conoce. Dentro de la Federación de Clubes Jaliscienses del Sur de California, Don José García es un hombre de respeto.
Sus consejos son escuchados y su apoyo a los proyectos de esta organización y a los de su Club Guajeños Unidos USA, es invaluable.
Quienes lo conocen hablan de el cómo una persona de gran calidad. Un hombre que a pesar de sus grandes éxitos, no ha perdido la humildad y la sencillez.
Como empresario, se ha ganado el cariño y respeto de sus empleados. Y en su familia, es hijo responsable, el que hizo cargo de la educación de los hermanos menores en México, y el que hasta la fecha les sigue brindando su apoyo.
Es el comprensivo, trabajador y amoroso. El padre que sabe escuchar, dar consejos, reprender y decir un frase consoladora cuando es necesario. Como abuelo se convierte en un chiquillo juguetón, el que cuenta las historias, el que pasa inadvertidas algunas travesuras y casi siempre consiente todo.
Don José como la mayoría lo conoce, es de las personas que literalmente entrega su vida por lo que quiere y lo que le gusta. Por eso su tiempo está repartido entre su familia, el empleo, su club y la federación. Saca tiempo de donde no lo hay para tratar de ayudar en lo que puede, sin extravagancias, con la mínima discreción y sin esperar que nadie lo compense.
Llego a este país cuando apenas tenía 20 años de edad. Su plan era trabajar seis meses, juntar un dinerito, regresar a San José de los Guajes, Jalisco y poner un negocio. Esa última parte la logro, pero el destino le puso otro terreno: aquí en el Sur de California.
Sin documentos legales, como muchos otros, comenzó de empleado en una gasolinera. Era tan dedicado en su trabajo que tuvo clientes que lo preferían, así conoció al que se convirtió en su patrón, dueño de una empresa en donde escalo a puestos altos en un lapso de tres años llego a ser gerente general.
Son José aprendió tan bien el oficio en la industria de la fabricación de muebles y articulaos de textil de exteriores, que comenzó a ver la manera de crecer su propio negocio con la ayuda de la empresa para la que trabajaba.
Así después, con muchos sacrificios, nació Golden Crest Industries una compañía prospera, que lo ha convertido en el único empresario mexicano en pertenecer a ese ramo industrial.
“fueron tiempos difíciles porque no aceptaban mucho al latino. Yo sin hablar bien el inglés tuve que ignorar todo eso y no dejarme tirar. No perdí que el idioma fuera mi debilidad para dejarme vencer”’ expresa
Ese deseo de superación no lo quiso solo para él, sino también para los que estaban a su alrededor. Por eso nunca dejó de lado a su familia di a su pueblo.
Mucho antes de saber de la existencia de la federación, don José junto con la membresía de su club, logrando grandes proyectos para San José de los Guajes, los cuales incrementaron al pertenecer a la Federación.
SJ